Las académicas que creen que la «brillantez» es un requisito para triunfar en su campo son más propensas a dudar de sus capacidades. Es un problema que afecta de forma desproporcionada a las mujeres, especialmente a las de grupos raciales y étnicos poco representados, según un nuevo estudio.
El nuevo estudio amplía ese trabajo examinando si las académicas en campos orientados a la «brillantez» sienten que no pertenecen a ese entorno. A partir de una encuesta realizada a casi 5.000 estudiantes STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) y estudiantes de posgrado en humanidades, postdoctorales, residentes de medicina y miembros del profesorado de nueve universidades estadounidenses, los investigadores encontraron que las mujeres de campos que valoran la brillantez eran más propensas a decir que se sentían como un fraude que sus compañeros hombres. Estos sentimientos fueron más prevalentes entre las mujeres de grupos raciales y étnicos sub-representados que entre las mujeres blancas y asiáticas. Los estudiantes de posgrado y los postdoctorales también afirmaron dudar de sus capacidades más que los miembros del profesorado, especialmente en los campos que valoran la brillantez. (Los encuestados no binarios no se incluyeron en el estudio debido al pequeño tamaño de la muestra).
Los resultados del estudio indican que el problema está profundamente arraigado en el entorno cultural en el que se desenvuelven los académicos, tanto dentro como fuera de la academia, dice Sarah-Jane Leslie, profesora de filosofía de la Universidad de Princeton y coautora de la investigación, que se publicó la semana pasada en el Journal of Educational Psychology. «Es mucho más difícil encontrar ejemplos en la cultura popular de mujeres, sobre todo de color, que, como un Sherlock Holmes o un Dr. House, tengan ese tipo de brillantez innata especial», afirma. «Incluso cuando se muestran mujeres consumadas, como una Hermione Granger, su intelecto suele basarse en el trabajo duro, la dedicación y las largas horas en la biblioteca, en contraposición a una especie de intelecto salvaje, innato y no enseñado».
Rachel Ivie, investigadora principal del Instituto Americano de Física, está de acuerdo y añade que el enfoque del estudio en las interacciones entre los múltiples aspectos de la propia identidad -en este caso, el género, la raza y la etnia- es especialmente importante. «Si queremos entender cómo campos como la física pueden retener a los mejores talentos, tenemos que entender cómo el entorno de la física está afectando a las personas de manera diferente en función de sus estatus interseccionales», dice.
Leslie y sus colegas, entre los que se encuentra Melis Muradoglu, autora principal de este estudio, esperan que los resultados impulsen a los académicos a pedir a las instituciones que se responsabilicen de su cultura laboral. «Muchas de las recomendaciones sobre cómo gestionar el síndrome del impostor/a se centran en lo que el individuo puede hacer, por ejemplo, ‘acepta tu propio éxito’ o quizás ‘exprésale a un mentor o colega cómo te sientes'», dice Muradoglu, candidata a doctora en psicología por la Universidad de Nueva York. El consejo es «bienintencionado y a veces útil, pero la responsabilidad debería recaer en el lugar de trabajo para crear entornos acogedores».
También puede ser el momento de alejarse de términos como «brillantez» y «síndrome del impostor», dice Ebony McGee, profesora asociada de diversidad y educación STEM en la Universidad de Vanderbilt que no participó en este estudio. «La gente siempre quiere decir que todo el mundo tiene el síndrome del impostor y que es normal, pero no es normal cuando te sitúan como un impostor. A menudo, así es como te perciben -no como te percibes a ti mismo- y lo interiorizas».
Britt Julious recuerda haber ido a la oficina de la enfermera en la escuela secundaria y haberse unido a las filas de niñas acostadas en camillas. No estaban allí porque tenían un resfriado o gripe. Como Julious, estaban allí por sus períodos.
«Es difícil tener 15 o 16 años, estás tratando de prestar atención en álgebra, y todo lo que puedes pensar es en cómo quieres vomitar», dijo hoy Julious, una escritora de 31 años en Chicago.
«Volvía a casa de la escuela porque no podía funcionar. No podía sentarme en mi silla.»
Julious tenía sólo 10 años cuando le vino el período. Poco después, comenzaron y continuaron los calambres intensos durante su adolescencia hasta la edad adulta, cuando se enteró de que tenía fibromas o miomas uterinos.
Los períodos dolorosos son un síntoma de fibromas o crecimientos no cancerosos en el útero. Pero para muchas mujeres, el dolor por sí solo no es razón para ver a un médico. De hecho, numerosas mujeres dijeron a TODAY que se les enseñó que el dolor es simplemente parte de ser mujer.
Ahora una nueva ola de médicos y organizaciones quieren decirle a la gente que eso no es cierto.
Pero primero, ¿qué son los fibromas?
Los fibromas son tumores benignos en el útero de una mujer. Son más comunes durante los años fértiles de la mujer, pero pueden desarrollarse a cualquier edad. Los fibromas pueden ser tan pequeños como una semilla o más grandes que un pomelo, y las mujeres pueden tener uno, dos, tres o muchos.
Los miomas son comunes, pero los médicos no saben por qué algunas mujeres los desarrollan. La genética juega un papel importante: Las mujeres con antecedentes familiares de fibromas tienen más probabilidades de desarrollarlos. Y las mujeres negras están especialmente en riesgo. Hasta el 80% de las mujeres negras desarrollarán fibromas antes de cumplir 50 años, y hasta el 70% de las mujeres blancas desarrollarán miomas antes de cumplir 50 años, de acuerdo con la investigación. Para las mujeres afrodescendientes, los fibromas son a menudo más graves y aparecen antes, según la Dra. Elizabeth Stewart, especialista en fibromas y profesora de obstetricia, ginecología y cirugía en la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota.
Aunque los miomas en sí mismos no suelen ser potencialmente mortales, definitivamente pueden hacer que las mujeres se sientan miserables. Los síntomas incluyen períodos más largos y pesados, cólicos menstruales intensos, problemas digestivos y presión o hinchazón en el abdomen. Los fibromas también pueden afectar la fertilidad de una mujer si distorsionan el cuello uterino o el útero, aunque otras causas de infertilidad son más comunes y muchas mujeres con fibromas no tienen problemas para quedar embarazadas, según el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (American College of Obstetricians and Gynecologists).
«Estás condicionada a creer que es normal.»
Los expertos están de acuerdo en que no hay suficiente conciencia sobre los fibromas. Parte del problema es la falta de investigación médica. Otra parte es la cultura sobre los periodos menstruales y el dolor de las mujeres.
«No es algo de lo que las mujeres, especialmente las mujeres de color, hablan en sus familias», dijo Evette Dionne, de 29 años, editora de una revista en Denver, Colorado. «Si estás teniendo un período más fuerte o un período doloroso, es algo que estás condicionado a creer que es normal. Y así no te das cuenta inmediatamente de que es algo que debería ser alarmante para ti».
Eso crea un ciclo peligroso, según Stewart.
«Hay nuevas investigaciones que sugieren que incluso el hecho de que (los miomas son) tan comunes significa que las mujeres no reconocen que tienen una afección médica», dijo. Así que si tienes sangrado menstrual durante diez días al mes y les preguntas a tu madre y a tu hermana: «¿Es normal?» y tienen lo mismo, pueden decir: «Sí, es normal». Así que, aunque hables de ello, puede que no obtengas la información correcta».
En noviembre de 2018, un hilo de Twitter de Dionne sobre los fibromas y cómo las mujeres negras necesitan abogar por sí mismas se volvió viral, provocando que docenas de otras mujeres compartieran sus historias.
Casi todas las mujeres negras que conozco tienen fibromas, y casi todos sus médicos les han dicho que no hay de qué preocuparse. Eso es una mentira. Usted debe estar preocupada, monitoreando el crecimiento del mioma a través de ultrasonidos transvaginales y pidiendo segundas opiniones.
– Evette Dionne 🤷🏾♀ (@freeblackgirl) 11 de noviembre de 2018
A Dionne le extirparon un fibroma en 2015 y otros cinco en febrero. Muchas mujeres de su familia han tenido que lidiar con los fibromas, aunque no se enteró de sus antecedentes familiares hasta que sus propios miomas se convirtieron en un problema. Ella sabía que algo andaba mal hace cuatro años, cuando sus ciclos menstruales se hicieron excesivamente largos, a veces durando hasta tres semanas.
Julious tuvo una experiencia similar con su familia, y cree que a las mujeres negras en particular a veces se les enseña que su dolor no importa.
«Realmente nos enseñan a aceptar el dolor de muchas formas diferentes», dijo Julious. «Se te dice que lo superes, que lo ignores. Cuando estás en este mundo en el que tienes que luchar contra el racismo, luchar contra el sexismo, luchar contra todas estas cosas diferentes que están sucediendo… aprendes que cualquier dolor físico que sientas no importa en última instancia en el gran esquema de las cosas».
El Dr. Charles Ascher-Walsh, director de ginecología y uroginecología del Sistema de Salud de Mount Sinai en la ciudad de Nueva York, agregó que debido a que los miomas no suelen matar a las mujeres, es posible que la comunidad médica no les preste tanta atención como al cáncer de mama, por ejemplo.
«No es un tema sexy en este momento, así que no se discute tan a menudo», le dijo a TODAY. «Es algo con lo que muchas mujeres sufren durante mucho tiempo. Es triste de ver.»
Por supuesto, no todas las mujeres que sufren de dolores menstruales severos, conocidos como dismenorrea, tienen fibromas. Por ejemplo, podrían tener endometriosis o adenomiosis. Pero el pronóstico no es mucho mejor para esas condiciones. (Las mujeres sufren de endometriosis durante al menos 10 años antes de ser diagnosticadas, según la Endometriosis Foundation of America)
«El dolor menstrual o pélvico en las mujeres es el único tipo de dolor en la medicina que se describe como normal», dijo Sateria Venable, fundadora de The Fibroid Foundation, una organización con sede en Bethesda, Maryland, que tiene como objetivo aumentar la concienciación sobre la afección. «Cuando tienes eso como punto de referencia, eso establece el tono para algunas veces descartar el dolor (de las mujeres).»
¿Una histerectomía? No tan rápido
La extirpación completa del útero, o una histerectomía, es la única manera definitiva de deshacerse de los fibromas para siempre. Pero hay muchos procedimientos alternativos para extirpar o reducir los fibromas, así como controles de natalidad hormonales y cambios en el estilo de vida que pueden proporcionar alivio. El problema es que los médicos no siempre los ofrecen.
Tres médicos le dijeron a Brooke Summers, un DJ por radio en Kentucky, que una histerectomía era su única opción de tratamiento después de ser diagnosticada con miomas.
«Sé que tengo 42 años, pero quería mantener todas las partes de mi cuerpo el mayor tiempo posible», dijo. «Finalmente encontré una cirujana en Nashville que dijo: ‘No importa el tamaño, lo más probable es que pueda extirpar el mioma, a menos que quieras hacerte una histerectomía.'»
Se sometió a una miomectomía a principios de este año, un procedimiento quirúrgico en el que se extrae un fibroma de la pared del útero, manteniendo intactos sus órganos reproductivos. Su fibroma era del tamaño de un bebé recién nacido. «Me siento mil veces mejor», dijo, aunque todavía se está recuperando del procedimiento.
La desventaja de un tratamiento sin histerectomía es que los fibromas siempre pueden volver a crecer. Y ciertos procedimientos, como las miomectomías, pueden ser más complicados que una histerectomía, que es bastante rutinaria. (Después de las cesáreas, las histerectomías son el procedimiento quirúrgico más frecuente entre las mujeres estadounidenses en edad reproductiva.)
«El ginecólogo promedio hace alrededor de 11 casos de cirugía mayor al año, lo que no es mucho», señaló Ascher-Walsh, que opera hasta 500 veces al año. «Así que cuando alguien que no hace muchas cirugías se enfrenta a una intervención quirúrgica y no conoce muchas opciones alternativas, y esas opciones alternativas son en realidad más difíciles… no les ofreces eso, lo cual es una forma horrible de practicar la medicina, pero definitivamente sucede».
Añadió que, para muchas mujeres con fibromas, el tratamiento podría ser tan simple como tomar píldoras anticonceptivas u obtener un DIU hormonal, que puede ayudar a controlar el sangrado profuso. Las mujeres que descubren que tienen miomas no deben esperar hasta que tengan síntomas para actuar. Los expertos señalan investigaciones que sugieren que tanto la vitamina D como el extracto de té verde pueden ayudar a suprimir los fibromas.
«Hay muchas alternativas que las mujeres no conocen con frecuencia», dijo Ascher-Walsh.
Parte de la meta de Venable con The Fibroid Foundation es ayudar a las mujeres que desean preservar su fertilidad y evitar una histerectomía conectándolas con médicos que sean cirujanos especializados en fibromas.
«No todos los ginecólogos son capaces de realizar con éxito una cirugía de miomas. «Muchas veces, las mujeres no saben quién puede ayudarlas.»
«Estoy buscando alivio, cualquier cosa que me ayude.»
En julio de 2018, Julious se sometió a un procedimiento de ablación térmica por radiofrecuencia para extirpar sus fibromas. El procedimiento implica la inserción de una aguja en los miomas y el uso de energía de radiofrecuencia para destruir el tejido. Desafortunadamente, el procedimiento no funcionó, lo cual es raro pero posible. Uno de sus miomas tratados incluso ha crecido desde el procedimiento.
Estoy algo así como: «Bueno, ¿qué pasa ahora?», dijo Julious, que también tiene quistes ováricos y endometriosis torácica (tejido endometrial que se encuentra en el pulmón o alrededor de él). «Pasé por esta costosa, invasiva, deprimente y debilitante cirugía, ¿qué pasa ahora? ¿Qué debo hacer? Y nadie tenía ninguna respuesta.»
Julious, que trabaja como editora en la revista Cancer Wellness, recientemente comenzó a recibir acupuntura y a tomar hierbas chinas. También ha descubierto que cuando sigue un estilo de vida y una dieta saludables, se siente mejor.
«En este momento, estoy buscando alivio, cualquier cosa que pueda ayudarme», dijo Julious.
Hay algunas investigaciones que relacionan la dieta con el riesgo de fibromas. Pero los médicos todavía no entienden bien por qué es así, y la mayoría de los expertos dicen que necesitan más estudios para entender realmente los riesgos y beneficios de los diversos tratamientos disponibles para los miomas.
«El hecho de que haya tan poca investigación es un punto importante», dijo Stewart. «Y eso es cierto para muchas enfermedades ginecológicas. Cuando se observa el número de medicamentos que se han desarrollado y comercializado para la disfunción eréctil en comparación con el número de medicamentos que se han desarrollado y comercializado para los fibromas, hay una gran brecha».
Venable, por ejemplo, es optimista sobre el futuro de las mujeres con fibromas. Dijo que ya se ha dado cuenta de que las actitudes de la gente sobre temas tabúes como la salud pélvica y el dolor menstrual han comenzado a cambiar.
«Creo que la gente se está dando cuenta de lo crítico que es esto», dijo. «Me siento animada porque… Veo cómo más personas son receptivas y se interesan por los miomas, y eso me anima enormemente. Porque eso no habría pasado hace 11 años, cuando empecé esto».
Augusta Ada King, Condesa de Lovelace – destacada matemática, escritora, icono de la igualdad de género en la tecnología y titular de un nombre fantástico – El 13 de octubre se celebran sus logros pioneros en ciencia y tecnología.
Ada Lovelace tiende a ser designada como la primera programadora de computadoras del mundo. En 1843, tradujo un texto del matemático italiano Luigi Menabrea sobre la máquina analítica del matemático británico Charles Babbage. En su traducción Lovelace adjuntó una serie de notas que explican el funcionamiento del incipiente computador de Babbage. Estos aportes terminaron teniendo el doble de la longitud del texto en sí, y en una sección describen un algoritmo que la máquina analítica podría usar para calcular los números de Bernoulli.
Aunque la máquina nunca se construyó, ni el código se probó, la secuencia de operaciones descrita es citada a menudo como la primera específicamente diseñada para su uso con un ordenador. Las notas de Lovelace mostraron además, conciencia conceptual sobre el potencial de la máquina analítica.
«La máquina analítica no tiene pretensiones de originar nada. Puede hacer lo que sea que nosotros sepamos ordenarle realizar…Pero es probable que ejerza una influencia indirecta y recíproca en la ciencia misma”.
Lovelace describió conceptos como el bucle y la subrutina y se definía a sí misma como analista y metafísica.
Esta científica escribió un completo plan describiendo el algoritmo necesario que permite calcular los valores de los números de Bernoulli utilizando dos bucles, demostrando las capacidades de bifurcación de la máquina analítica. Asimismo describió cómo realizar operaciones trigonométricas que hacían uso de variables también en la máquina analítica de Babbage y definió el uso de tarjetas perforadas para programarla.
Lovelace como símbolo
Mientras que la historia personal de Lovelace es fascinante, en la última década se ha convertido en un símbolo para un asunto más amplio.
Ada Lovelace Day fue fundado en 2009 por el consultor de software social Suw Charman-Anderson, buscando arrojar luz sobre esta pionera tecnóloga victoriana y como una forma de llamar la atención sobre las contribuciones de las mujeres a ciencia y la tecnología, a lo largo de la historia.
Para celebrar el día, BBC Radio 4 difundió la lectura de las cartas de Lovelace, mientras que mujeres de todo el mundo compartieron sus experiencias acerca de trabajar en temas que van desde la microscopía electrónica a la arqueología en Twitter mediante el hashtag #AdaLovelaceDay.
En áreas donde las mujeres tienden a estar insuficientemente representadas, Ada Lovelace Day es una ocasión importante para luchar contra los prejuicios y preconceptos inconscientes (y tal vez conscientes) acerca de las personas que trabajan en universidades y laboratorios. ¿Porque es esto importante? Porque, como Stewart Mitchell señala, el sexismo cotidiano que se vive desde escuelas hasta empresas consolidadas y altamente reconocidas, está empujando a las mujeres lejos de carreras en tecnología.
Luis Fernández Sanz, Doctor en Informática, profesor e investigador de la Universidad de Alcalá de Henares, especializado en Calidad e Ingeniería del Software, al igual que en los factores humanos de las profesiones IT. Es vicepresidente de ATI , fue vicepresidente de CEPIS (2011-2013) y ha estado vinculado a la promoción del punto de contacto nacional de ECWT, iniciativa líder en Europa para garantizar la dimensión de género en la Agenda Digital, buscando vías y medios para la integración de una masa crítica de mujeres en el acceso, diseño, investigación, innovación, producción y el uso de las TIC en el período 2011-2020.
¿Existe una cultura masculinizada de las carreras tecnológicas y de ingenierías (en aulas, entorno social, medios de comunicación, etc.) que puede incidir desanimando a las chicas de escoger carreras tecnológicas o de ingenierías?
L.F.S: Según mi experiencia y en el caso referido al estudio que realizamos, las alumnas de mi universidad que eligieron la carrera de Informática manifestaron no encontrar una cultura masculinizada en las aulas. Sin embargo, en el ámbito exterior, en la sociedad en general se atribuye que la persona que estudia y que trabaja en informática coincide con una idea masculina.
Aunque en la universidad, en las carreras tecnológicas hay más chicos que chicas, al igual que más hombres entre el profesorado, las estudiantes manifestaron que no era una presión que las desanimara. Pero en la adolescencia cuando las chicas deciden el tipo de carrera a elegir siguen una especie de patrones marcados por la imagen general, por lo que considera la sociedad, así que cuando más “hard” es la carrera, cuanto más aspectos exclusivamente técnicos aborda, hay menos estudiantes mujeres; por ejemplo en ingeniería de computadores, donde hay mucha electrónica, hay una cantidad de chicas más reducida.
Pero en la ingeniería informática u otras disciplinas no tan estrictamente súper técnicas, como el grado en sistemas de información, donde un 30 o 40% de los componentes de la carrera están relacionados con administración de empresas y el área comercial, la cantidad de chicas es superior, triplica a la del grado en ingeniería de computadores. Sí, es cierto que si las carreras son demasiado técnicas o tecnológicas y no tienen un componente social, las chicas prefieren no cursarlas.
¿Qué se puede hacer desde el ámbito familiar para despertar el interés de niñas y adolescentes por las profesiones tecnológicas y de ingeniería?
L.F.S: La Unión Europea hace una campaña cada 2 años para la promoción de las habilidades digitales que apunta a la etapa de las vocaciones, en la educación primaria y secundaria, y también trata de dar más información para que los padres sepan en qué consiste o qué puede ser un profesional de las tecnologías y que no tengan una imagen extraña, que no coincide con la realidad acerca de los mismos. La UE, el Consejo Europeo de Sociedades Profesionales Informáticas- CEPIS, la Asociación de Técnicos de Informática- ATI y las universidades están estimulando a las jóvenes a participar en distintas iniciativas. En este sentido, hay un premio europeo llamado Digital Girls que está abierto hasta octubre para que participe cualquier chica de los países europeos según la edad. Estas actividades tratan de generar interés, al igual que combatir imágenes distorsionadas acerca de estas profesiones.
¿La dificultad en la conciliación de la vida familiar y laboral incide en la baja participación de las mujeres en las profesiones tecnológicas y de ingenierías?
L.F.S: Actualmente es difícil encontrar una profesión donde no se esté pidiendo más trabajo y horas extras a los trabajadores. Ahora mismo la mayoría de las compañías piden más de lo que deberían hacer los profesionales, pero también conocemos lo que ocurre en el ámbito de la medicina, por ejemplo, cuyas facultades están llenas de mujeres y donde los turnos, en ocasiones demoledores, son parte del aprendizaje y en este caso eso no echa atrás a las chicas, porque hay una vocación, un interés, ellas saben que hay dificultades pero las van a asumir y van a cursar la carrera. Hay un estudio europeo que dijo que a las mujeres esto no les preocupa, pero sí valoran la flexibilidad de horarios, por lo tanto si cuentan con ello se apañan.
El gran problema de la informática y las tecnologías es que las empresas no han trabajado bien y cuando llega el momento de finalización de los proyectos se trabaja con urgencia, al final. Paradójicamente, la informática es uno de los sectores donde es más fácil tener una gran cantidad de teletrabajo y lo que debe interesar es la dirección por objetivos, que los profesionales cumplan los objetivos, así las mujeres podrán organizarse y tener tiempo para los diferentes aspectos de sus vidas.
¿Por qué es importante que más mujeres opten o se vinculen a las carreras tecnológicas y de ingeniería?
L.F.S: Porque la demanda de profesionales de Tecnologías de la Información e ingenierías crece y va a seguir creciendo, y si el 50% de la población dice que estas áreas no le interesan, va a ser un freno económico y social para los países. Además, en estas carreras hay unas posibilidades de empleabilidad mucho mayores que en otras y si las mujeres, por estereotipos, no están participando, van a perderse ese yacimiento de empleo.
Además, se ha comprobado que, a efectos de proporcionar mejores soluciones a los clientes, es importante que haya mayores puntos de vista, la diversidad es necesaria porque así se pueden ofrecer respuestas más amplias e incluyentes. Adicionalmente, tiene que haber una cierta variedad, una masa crítica y todo tipo de recursos humanos. Los entornos multidisciplinares e internacionales darán mejores resultados.
¿Faltan referentes femeninos en las carreras tecnológicas y de ingenierías?
L.F.S: En los primeros años de la informática hubo muchas mujeres trabajando, el lenguaje Cobol, por ejemplo, es una contribución de una mujer, Grace Hopper, almirante de la Armada de los Estados Unidos.
Los referentes, son importantes, en efecto, pueden tener su influencia y ha habido iniciativas en este sentido, pero también se ha presentado como referentes a empresarias que no tienen formación ni trayectoria técnica y que no son las personas adecuadas para resolver este tema. A las personas que tenemos que poner como ejemplo son a las ingenieras, licenciadas en ámbitos técnicos que están tomando decisiones y realizando labores de control a niveles muy elevados, dirigiendo diseños. También hay que señalar que ha habido intrusismo en la organización de modelos y hoy podemos encontrar a directoras generales de empresas tecnológicas que nunca tuvieron una formación en estas ramas.
A nivel europeo CEPIS ha presentado una lista de mujeres con perfiles técnicos que han tenido éxito en distintos ámbitos y desde ATI y con la ayuda de Cionet, empresa que están creando una red de networking de CIOs y directores TIC se está dando a conocer a destacadas mujeres del sector técnico y tecnológico, creemos que esto es mucho más efectivo y es donde los medios deberían incidir.
¿Y respecto a las políticas orientadas a romper la brecha de género en los sectores de las ingenierías y las TIC?
L.F.S: Lamentablemente en España no ha habido demasiada concienciación sobre la necesidad de tomar acciones efectivas en este aspecto, incluso desde las administraciones públicas, pues los análisis son muy cerrados, no se ha tratado de crear sinergias o un ambiente colaborativo con las asociaciones. Es muy probable que en pocos años, en nuestra sociedad, el 90% de los empleos requieran habilidades digitales y además hay una tendencia creciente a una desconexión entre oferta y demanda de personal cualificado, y estamos hablamos de cientos de miles de puestos de trabajo, que no serán fáciles de resolver con inmigración tecnológica, por ejemplo. Por eso creo que hay que tomárselo más en serio por parte de todos y obviamente desde los ámbitos administrativos y no considerar la baja inserción de las mujeres en las profesiones TIC solamente desde el ámbito de género, porque esto tiene que ver con los ámbitos productivo, social y económico del país. Se necesita colaboración y trabajo conjunto en forma seria y decidida.
¿Puede mencionar a alguna de las mujeres que han jugado un papel decisivo en las ingenierías, las tecnologías de la información o la computación, participando en la creación de los fundamentos de la conmutación, las tecnologías inalámbricas, las conexiones a internet o algunos de los lenguajes de programación, entre otros?
Hay numerosos ejemplos de profesionales de ciencias de la computación, ingeniería electrónica, informática, de telecomunicaciones, telemática, etc., que han y están haciendo aportes decisivos en las disciplinas científico tecnológicas, aunque en la mayoría de los casos son poco conocidas, más allá de sus entornos de trabajo o comunidades científicas.
Entre la amplia lista cabe mencionar a Ada Lovelace, considerada la creadora del primer programa de ordenador; las seis programadoras del proyecto ENIAC (ordenador electrónico digital con fines generales a gran escala) creado para resolver los problemas de balística del ejército de Estados Unidos y que estuvo muy relacionado con el proyecto Colossus, que se utilizó para descifrar el código alemán durante la Segunda Guerra Mundial; Grace Murray Hopper, pionera en el mundo de la informática e inventora del lenguaje COBOL; Radia Perlman, creadora del protocolo Spanning Tree (SPA), que permite a los aparatos de interconexión activar o desactivar automáticamente los enlaces de conexión y gracias al cual se pudo desarrollar Internet o Deborah Estrin, pionera en el desarrollo de sistemas móviles e inalámbricos para recoger y analizar datos en tiempo real sobre el mundo físico y la gente, por sólo mencionar algunas.
En el ámbito español algunas de las ingenieras destacadas son Nuria Oliver Ramírez, Ingeniera de Telecomunicaciones, con doctorado en el MIT, ha trabajado en diferentes empresas a nivel mundial y recibió el Premio Nacional de Ingenieros de Telecomunicaciones en 1994; María Teresa González Aguado, primera Doctora en Ingeniería de Minas en España y profesora universitaria, ha investigado sobre cemento, minas y cartografía geológica; Amparo Moraleda Martínez, ingeniera industrial con una destacada trayectoria en IBM donde ocupó el cargo de adjunta de la presidencia mundial de la compañía; posteriormente presidenta de IBM Iberia, directiva de Iberdrola y de SSIE Iluminación Eficiente; Teresa Riera, doctora en Informática, quien ha investigado en lógica no clásica, razonamiento aproximado y sus aplicaciones a la inteligencia artificial y Magda Salarich, ingeniera industrial, que ha desempeñado importantes cargos en Citroën y ha recibido distintos premios por sus logros, entre ellos el premio Women Together de la Unesco.
Actualmente es claro que las ciencias, las ingenierías y la tecnología son áreas claves para el desarrollo económico y social, la innovación y la competitividad de cualquier país. Sin embargo año tras año en todo el mundo decrecen las vocaciones científico tecnológicas entre los jóvenes, situación especialmente visible en el caso de las mujeres, donde cada vez son menos las que deciden realizar una carrera en el área STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés).
El informe de My College Options encontró que para el año 2012-2013 las estudiantes estadounidenses expresaron menor interés por las carreras de las disciplinas STEM, un 14,5%, en comparación con el 39,6% de los varones, aunque paradójicamente las chicas presentaron un interés considerable en las asignaturas de ciencias, siendo biología, la segunda disciplina más popular tema para estudiar, al atraer al 24,7% de las niñas, en comparación con sólo el 6,3% de los estudiantes hombres. El informe registró además que la biología marina y las matemáticas también despertaron mayor interés entre las chicas que en los chicos.
Situación similar sucede en España donde en la última década ha disminuido notablemente el ingreso de estudiantes en las carreras TIC, pues como señala el estudio La falta de ingenieros TIC; situación actual y perspectivas, de Everys, en 2010 se matricularon un 44% menos de estudiantes en carreras universitarias TIC y un 35% menos en los ciclos de grado superior de informática que en 2001. Y se calcula que en el año 2019 habrá un 40% menos de nuevos titulados en carreras y ciclos formativos de grado superior de tecnologías de la Información en el país.
Paralelo a esto, la brecha de género entre los estudiantes y profesionales de ingenierías y tecnologías sigue aumentando, aunque, por otra parte, crezca el número de mujeres consumidoras de gadgets o usuarias de dispositivos tecnológicos.
Así, según el avance estadístico Datos Básicos del Sistema Universitario Español, del Ministerio de Educación, aunque en el curso 2012-2013 el 54,3% de los estudiantes universitarios en España fueron mujeres, el 73,9% de los alumnos en las ramas de ingeniería y arquitectura fueron hombres y sólo el 26.1% mujeres, evidenciando además una caída pues, en el curso 2005-2006 en España las mujeres matriculadas en ciencias tecnológicas representaba el 27,6%. Cabe mencionar que esta tendencia se invierte en Educación Infantil o en las carreras de Ciencias de la Salud donde las mujeres fueron el 70,1% de los estudiantes.
En esta misma línea, el estudio Factores influyentes en la elección de estudios científicos, tecnológicos y matemáticos, señala que en los últimos años la disminución en las matriculaciones de las carreras TIC en Cataluña ha alcanzado el 46% y la caída en el número de estudiantes de nuevo ingreso en el bachillerato en Ciencias y Tecnología se situó en un 19% para el período 2001-02 a 2009-10, mientras que a nivel nacional este porcentaje alcanzó el 12%.
Así mismo, el documento del MEN para el curso 2012-2013 afirma que “seguramente como efecto ligado a la crisis, se ha reducido considerablemente la demanda de titulaciones del ámbito de ingeniería, industria y construcción y se ha producido un incremento importante en la demanda de enseñanzas de salud y servicios sociales (…) Por último, una vez más, cabe destacar la pérdida de vocaciones (demanda) en el ámbito de ciencias, así como una ligera reducción en la oferta y en la matrícula. Las titulaciones de esta rama están en caída a pesar de tener muy buenos resultados en el ámbito de la investigación, de los sexenios de los profesores y de la inserción laboral en el medio plazo”.
Por otra parte, el capítulo de educación del Anuario Estadístico de España 2014, del INE indica que para el curso 2011-2012 en todas las ramas del conocimiento, en las universidades españolas (públicas y privadas), se matricularon más mujeres que hombres, a excepción del área de ingenierías y arquitectura, donde de los 332.247 estudiantes matriculados, 245.010 fueron hombres y 87.237 mujeres. También, en el curso mencionado egresaron más mujeres que hombres en todas las áreas, a excepción de las Ingenierías y Arquitectura, donde de los 46.734 estudiantes egresados, 33.785 fueron hombres y 12.949 fueron mujeres.
Razones de la desmotivación
Entre los diferentes factores que inciden para que las adolescentes ni siquiera se planteen la posibilidad de cursar estudios científico tecnológicos y que esas carreras en su mayoría estén copadas por hombres, están las ideas preconcebidas acerca de estas disciplinas, que tienen poco que ver con la realidad; los estereotipos que señalan que las tecnologías son sólo aptas para hombres y están encasilladas como profesiones exigentes, difíciles, con altos volúmenes de trabajo y horarios agotadores.
Pero también intervienen los prejuicios y roles de género que dicta la sociedad desde la infancia y que, por ejemplo, insisten en asignar juguetes diferenciados por sexo, reservando así los kits de herramientas o mecánica, vehículos de construcción, legos o circuitos de coches, a los chicos, reforzando a la vez sus capacidades de iniciativa, acción, decisión o asertividad y reservando las muñecas, princesas, bebés, accesorios de cuidados, set de vestidos o de maquillaje a las chicas, transmitiéndoles así que ellas son aptas para los cuidados, la comprensión y la entrega, para comprobarlo basta con ver las webs de tiendas de juguetes infantiles.
Otra variable que incide en esta situación es la falta de políticas educativas que promuevan la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, de manera que desde los primeros cursos escolares se promueva la elección de carrera en función de los intereses y no del sexo, dejando de reforzar entre las chicas la femineidad y los valores asociados de protección, cuidado, o atención a los dependientes y al hogar, y la masculinidad entre los chicos, asociada a la producción, la toma de decisiones y la acción.
Las imágenes y estereotipos predominantes y difundidos por los medios de comunicación, donde las mujeres científicas o ingenieras prácticamente están ausentes, siendo excepción las protagonistas del sector de la salud y donde generalmente las profesiones científicas y tecnológicas son desempeñadas por hombres brillantes pero extraños y/o con pocas habilidades sociales (geeks, frikis, solitarios), también juegan un papel en el momento de la elección profesional.
Otra de las razones a tener en cuenta es que aún existen pocos referentes o modelos femeninos de científicas, ingenierías o tecnólogas ampliamente conocidas y por eso, cuando se trata de mencionar a alguna, la mayoría aún señala a María Curie.
Pero además, en España la nueva Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa- LOMCE, establece que la tecnología deja de ser obligatoria a partir de tercero de la ESO, delegando los conocimientos y habilidades en este sector a la formación profesional y no al bachillerato, decisión duramente cuestionada por el profesorado de esta rama.
El pasado 8 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer y a lo largo del mundo millones de mujeres realizaron manifestaciones reivindicando la lucha por sus derechos y la igualdad real; por ser reconocidas por su valía profesional más que por su aspecto físico, por romper el techo de cristal que les impone limitaciones en sus logros profesionales, por obtener a igual trabajo, el mismo salario que sus compañeros hombres, por hacer posible la conciliación de la vida laboral con la vida personal y familiar, entre otros.
Pero, pese de todos los logros obtenidos y a las barreras derribadas por las mujeres desde aquel 8 de marzo de 1911, cuando por primera vez se conmemoró esta efeméride[i], en nuestra sociedad quedan algunos reductos que siguen ubicando a las mujeres como responsables principales o casi que exclusivas del ámbito doméstico y, la publicidad que a diario vemos en las televisiones, refuerza estos estereotipos.
Muestra de ellos son los siguientes anuncios:
Estos anuncios tienen en común la representación de la mujer como ama de casa, como principal encargada del ámbito doméstico y del cuidado de su familia, aunque, paradójicamente, desconozca el funcionamiento técnico de los equipos de limpieza. En ellos, se destaca la ausencia del hombre del espacio doméstico y cuando aparece, generalmente lo hace como alguien torpe, alejado e incapaz de desarrollar las tareas domésticas, o como la voz autorizada, es decir, el “técnico” o “asesor” que domina el conocimiento y la tecnología y tiene la misión de explicarle a la mujer los beneficios de los productos.
Este tipo de publicidad usualmente desconoce a los hombres como agentes activos en el espacio doméstico, como encargados de sus hogares y responsables del cuidado de su ropa o la de sus hijos. Entonces cabe preguntarse ¿esta publicidad refleja la sociedad en la que se produce? o ¿contribuye a crear un modelo específico de sociedad?
El índice Europeo de Igualdad de Género presentado en junio de 2013 (aunque referente a datos del año 2010), establece que en las áreas de conocimiento, poder y salud España está dentro de la media de igualdad de la Unión Europea, pero en las áreas de trabajo, dinero y tiempo está por debajo de la media. Así mismo, en el índice que analiza a los trabajadores que realizan tareas domésticas durante una hora diaria o más, el informe señala que en España el porcentaje de mujeres que hacen estas tareas es del 85,7%, por sólo el 37,3 de hombres de los hombres trabajadores.
Además, la desigualdad en materia de trabajo doméstico vigente en España se ha agravado debido a la crisis económica y a las altas tasas de desempleo que están afectando al sector femenino y que han pasado del 13% en 2008 al 27.02% en 2013, según el informe “Las mujeres en el mundo del trabajo” de la UGT.
Por otra parte y como es bien sabido, la publicidad busca la persuasión, a la vez que transmite mensajes, valores, conceptos y creencias. Y aunque los mensajes publicitarios sean un sistema abierto a la significación, a la interpretación, por parte de una audiencia televisiva que los decodifica de acuerdo a esquemas mentales que incluyen experiencias anteriores de recepción, género, disposición social respecto a las informaciones, etc[ii], también es cierto que la publicidad contribuye a la construcción de referentes e imaginarios colectivos.
En este sentido, muchos de los anuncios, que a diario nos bombardean desde nuestras televisiones siguen creando estereotipos y promoviendo desigualdades, pues se empeñan en representar a las mujeres básicamente como personas familiares, maternales, emocionales, sacrificadas, dependientes, con deseos de agradar/complacer, sensuales y orientadas al espacio privado, mientras que a los hombres se les presenta como seres racionales, enérgicos, decididos, independientes, seguros de sí mismos, con un lugar en el mundo, orientados al espacio público, entre otros.
Pero este tipo de representaciones perjudica a la sociedad en general, porque como señala la investigadora Estela Bernard Monferrer[iii], “aquella publicidad que manipula, invisibiliza, y tergiversa el rol femenino en la sociedad, maltrata la imagen de las mujeres consolidando estereotipos que perjudican gravemente no sólo a las mujeres, sino a la sociedad en general, puesto que tener una sociedad igualitaria es signo de tener una sociedad más justa tanto para mujeres como para hombres, y estas prácticas publicitarias y el efecto cultural y social que conlleva no hacen más que dificultar la consecución de la igualdad”.
Bernard Monferrer advierte además que “mantener los discursos estereotipados en la publicidad comporta que se siga amparando patriarcados de consentimiento, asignando roles de género a ambos sexos. Los estereotipos de género que se observan a través del discurso de la publicidad, hacen referencia especialmente a la invisibilización y ridiculización de la mujer, a su rol de víctima, a la subyugación de las mujeres con patrones estéticos, al reforzamiento de roles tradicionales que minimizan el universo femenino a un ámbito privado doméstico, a la cosmovisión masculina como modelo a seguir por las mujeres, a la representación de la mujer como persona objeto en los medios y la especialización temática en función de los géneros”.
Por ello y como vías iniciales de acción para combatir esta situación José J. Sánchez Aranda[iv] propone un papel más activo de las audiencias señalando que “se ve la conveniencia de fomentar una conciencia crítica en la audiencia a la hora de contemplar el anuncio. Debería poseer los suficientes elementos de juicio como para poder valorar como bueno o malo un mensaje publicitario, lo mismo que ocurre cuando contempla una película en la sala cinematográfica”.
Pero cambiar la situación también es responsabilidad de quienes crean los anuncios publicitarios y en este sentido, Sánchez Aranda, asegura que “quienes crean los anuncios han de asumir el hecho de que están transmitiendo mensajes y de que están modelando o enmarcando la imagen, no sólo de la mujer, sino del entorno completo en el que vivimos. Su actividad, lo quieran o no, posee un influjo en la audiencia de acuerdo a unos determinados principios y han de actuar con responsabilidad para aceptarlos o rechazarlos”.
[i] En agosto de 1910, durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras celebrada en Copenhague (Dinamarca) más de cien mujeres aprobaron declarar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora teniendo como objetivos promover el derecho al voto femenino, a ocupar cargos públicos, a trabajar, a la enseñanza vocacional y el fin de la discriminación en el trabajo.
[ii] LIVINGSTONE, Sonia (2000). Television and the active audience. In: Formations: 21st century media studies. Manchester University Press, Manchester, UK, pp. 175-195.
[iii] BERNAD MONFERRER, E.. Nuevos formatos publicitarios televisivos y perspectiva de género.Estudios sobre el Mensaje Periodístico, Norteamérica, 18, dic. 2012. Disponible en: <http://revistas.ucm.es/index.php/ESMP/article/view/40922>. Fecha de acceso: 09 mar. 2014.
[iv] SÁNCHEZ ARANDA, J.., «La publicidad y el enfoque de la imagen femenina» en: Communication and Society/Comunicación y Sociedad, vol. XVI, n. 2, 2003, pp.67-92.
¿Por qué aunque las mujeres son mayoría entre el alumnado universitario español, con muy buenos resultados académicos, en las ingenierías, informática y en algunas ciencias experimentales las estudiantes no son ni el 30% del alumnado? , ¿Por qué aunque día a día las adolescentes están más ‘enganchadas’ a internet y a las redes sociales, producen menos contenidos digitales que los chicos, realizan menos tareas informáticas complejas y tienen un menor uso de internet a través del móvil?, ¿por qué cuanto más intensiva y avanzada es la utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación-TIC, mayor es la brecha entre mujeres y hombres?, ¿Por qué entre los integrantes de la Real Academia de Ciencias Exactas de España, solamente un 2% son mujeres?
Intentar responder a estos interrogantes implica remontarse en la historia, la antropología y la sociología, al igual que analizar el papel que juegan las políticas públicas, los estereotipos sociales, la concepción de lo que se considera tecnología, la estructura de poder y de toma de decisiones en las comunidades científicas, la influencia del sistema educativo en las elecciones de las mujeres, entre otros aspectos.
E intentando fijar algunas claves María Álvarez Lires, doctora en Química, catedrática de Física y Química de Enseñanza secundaria y profesora asociada de Didáctica de las Ciencias de la Universidad de Vigo, señaló durante su intervención en la jornada “Más Mujeres en las TIC”, organizada por el Instituto de la Mujer, que tradicionalmente se han entendido la ciencia y la tecnología como algo alejado del universo femenino, desconociendo los valiosos aportes que las mujeres han hecho a lo largo de la historia, desde destacadas científicas como Mary Somerville, Marie Curie o Constance Tipper, una de las primeras ingenieras que recibió amplios reconocimientos, hasta las mujeres del común que desde sus saberes ancestrales han incidido en la transformación de la sociedad, contribuyendo por ejemplo a la industrial textil, con el hilado, el blanqueo y tinte de los tejidos; a las tecnologías alimentarias con la producción de conservas y al área de la salud con el cuidado y la esterilización de las heridas.
Esta catedrática indicó que otro elemento destacado es la falta de modelos, de referentes femeninos visibles en los sectores de las ciencia y la tecnología. “Es importante que haya mujeres que sean modelo en estas áreas, como también es importante revalorizar la experiencia previa de las alumnas en el ámbito tecnológico para elevar su autoestima y favorecer la elección (de carrera). En el caso de las mujeres en la ciencia hay que partir de las potencialidades, no sólo de las carencias, para evitar caer en el paradigma de la debilidad”.
Álvarez Lires considera además que la incorporación de las mujeres a las ingenierías y tecnologías es necesaria por razones de equidad, pues la ausencia de las mujeres, que conforman el 50% de la población y del talento, puede tener graves consecuencias para conseguir el desarrollo sostenible “y porque quienes desempeñen profesiones técnico-científicas tendrán una enorme responsabilidad en la formulación de políticas científicas, públicas y en últimas en la suerte de la humanidad”.
Por su parte, Lourdes Muñoz Santamaría, Ingeniera Técnica Informática y Presidenta de Dones en Xarxa, afirmó que es importante que haya mujeres que sean modelos en los sectores de la ciencia y la tecnología, “porque sin referencias no hay manera de generar liderazgo, reconocimientos, además hay que tener en cuenta que la presencia de las mujeres en la Sociedad del Conocimiento aporta la ‘realidad completa’, la diversidad, por esto es importante visibilizar la presencia de las mujeres en el sector, promover la paridad, aportar conocimientos, promover el emprendimiento de las mujeres en las TIC y entender que internet es el nuevo espacio público”.
Según estudios del Observatorio e-igualdad, hoy en España hay una brecha cercana a 10 puntos en el acceso a internet entre mujeres y hombres, y la brecha se hace mayor cuando se trata de aplicaciones y usos avanzados de la tecnología.
Esta Brecha Digital de Género- BDG- hace referencia a la desigualdad de recursos, acceso y poder en el mundo de la Sociedad de la Información y se entrecruza con otras variables decisivas como edad, nivel educativo, situación económica y social, reforzando estereotipos y prácticas sociales que obstaculizan la plena incorporación de las mujeres a la SI.
El Observatorio e-igualdad ha caracterizado la BDG en tres tipos:
Primera brecha digital de género. Determinada por el acceso o no a la tecnología. Hoy en España la BDG en el acceso a las TIC persiste y respecto a internet el nivel de acceso de las mujeres es un 9,2 % menos que el de los hombres.
Segunda brecha. Determinada por la intensidad y el tipo de usos de las TIC. En España hay una menor intensidad de la incorporación femenina a las TIC: Las mujeres se conectan un 10% menos frecuentemente que los hombres y conforme las tareas son más técnicas o más complejas, la BDG aumenta.
Tercera brecha digital de género. Relativa a los usos TIC más avanzados. En aplicaciones avanzadas (móviles con conexión a Internet) las mujeres los utilizan 50% menos que los hombres y en usos avanzados (TV, radio y teléfono por Internet) la diferencia es de un 25%.
Milagros Sainz Ibáñez, Doctora en Psicología Social e investigadora postdoctoral que trabaja analizando los condicionantes psicosociales que explican la menor propensión de las mujeres a elegir carreras tecnológicas, señala el papel que juegan los roles y arquetipos en la elección profesional, pues los estereotipos usualmente muestran a quienes trabajan en las tecnologías y la informáticas como personas con pocas habilidades sociales, raras, aburridas, vinculadas a la máquina y al exceso de trabajo, desestimulando incluso desde el ámbito familiar la elección de las chicas hacia este tipo de profesiones.
Sainz Ibáñez indica además que otros factores que inciden en la elección profesional de los y las adolescentes son las expectativas de competencia, señalando que las chicas suelen sentirse menos competentes en las TIC. Otros elementos que influyen en la decisión son el valor percibido, ligado al logro; las motivaciones académicas y las atribuciones, encontrando que generalmente se atribuye el éxito de las chicas al esfuerzo y el de los chicos a su capacidad.
En sus diferentes estudios esta investigadora también ha encontrado que frecuentemente las asignaturas de las Tecnologías de la Información y la Comunicación ocupan un papel secundario en el currículo de las instituciones de educación secundaria y las TIC se usan como un complemento de otras actividades.
Por su parte, Ana María Peña Solís, Ingeniera Industrial y Directora General del Grupo Caymasa y de la empresa Addendia, afirmó que generalmente se ve el sector TIC como altamente competitivo, exigiendo en muchas ocasiones un 100% de dedicación al trabajo, lo que ocasiona que buena parte de las mujeres abandonen el sector por encontrarlo incompatible con sus vidas o intereses personales. “Además en este sector en España se siguen premiando y valorando actitudes que son lastres como el ‘presentismo’, en lugar de primar el reconocimiento al mérito, la productividad y el llevar una vida completa”.
Esta percepción se confirma también en el Libro Blanco: Situación de las Mujeres en la Ciencia Española, estudio publicado recientemente por el Ministerio de Ciencia e Innovación, que intenta arrojar luz sobre la situación actual de las mujeres en la carrera científica y que señala que pese a las altas tasas de graduación femenina en la Educación superior en España, sigue siendo mayor las tasas de abandono de las mujeres en los programas de doctorado y la presencia de las mujeres en el mundo científico, especialmente en los estadios más altos sigue siendo escasa.
El estudio apunta además que el impacto de la vida familiar en la actividad laboral sigue penalizando especialmente a las investigadoras, pues la maternidad impone dificultades añadidas en la progresión de las mujeres en la ciencia (al igual que en otras profesiones), mientras que para los hombres la familia ejerce un efecto más bien positivo y de apoyo.
Así mismo, los reconocimientos y premios a las mujeres científicas son aún reducidos, especialmente en aquellos que reconocen el trabajo de toda una vida, pues hay pocas mujeres con trayectorias de más de 30 años en el mundo de las ciencias y adicionalmente en España reconocimientos como los Premios Nacionales de Investigación y la postulación a las Reales Academias se realizan por cooptación, es decir, mediante el voto de quienes integran estos organismos.
Por todo esto y con el ánimo de seguir avanzando en la construcción de una Sociedad de la Información y del Conocimiento incluyente, María Ángeles Sallé Alonso, Presidenta de la Fundación Directa y de Enred, destaca la necesidad de trabajar en diferentes frentes que incluyan la alfabetización digital, la producción de contenidos digitales que propendan por la igualdad, la promoción de nuevas formas de ejercicio activo de la ciudadanía y la democracia, tanto a nivel local como global, atendiendo a las desigualdades de género, la diversidad de identidades sociales y las necesidades de integración de los diferentes colectivos.
De la misma manera, Margarita Padilla, Ingeniera Técnica en Informática e integrante de Dabne Tecnologías de la Información, asegura que las mujeres deben entender que las tecnologías no son difíciles pero sí son complejas y que una tecnología amiga, tiene que caber en el bolso y tiene que servir para dar placer y para la creatividad. “Las mujeres debemos estar en los lugares virtuales donde se cuece el conocimiento y las relaciones, donde surgen nuevas profesiones y hay oportunidades para la producción de contenidos”.
El Libro Blanco urge sobre la necesidad de desarrollar la nueva Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, a fin de promover la incorporación de las mujeres a los ámbitos de la ciencia y la innovación, promover la composición paritaria de todas las comisiones evaluadoras en la carrera científica y de todos los comités creados a su amparo, incorporar el género como una categoría de análisis transversal en la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación, al igual que promover los estudios de género, todas tareas pendientes y necesarias para lograr el objetivo planteado en Europa de que en 2030 la mitad de los científicos y responsables de la política científica, en todos los campos y niveles sean mujeres.
Finalmente, a las mujeres nos queda el reto de participar activamente en la construcción de la Sociedad de la Información, entendiendo que en ella transitan las interacciones sociales, la actividad productiva, la creación cultural, las dinámicas políticas y en general la construcción de ciudadanía y democracia.
Y usted ¿Cómo participa en la Sociedad de Información?, ¿Cómo está educando a sus hijos, hermanos, sobrinos en relación a las TIC?, ¿Cree que es necesaria la paridad y el enfoque de género en las áreas de ciencia y tecnología?