
Por: Soraya Carvajal B.
¿Se interesan los Millennials por la política?, ¿Cómo se informan?, ¿Qué relación tienen con los medios de comunicación?, ¿cómo se adaptarán los Millennials a la empresa?, ¿Qué tipo de aspiraciones tienen?, ¿Quieren cambiar en mundo o sólo recorrerlo?, estas y muchas preguntas más surgieron en el debate “Millennials vs Baby boomers, brechas digitales e información”, realizado por la Fundación Telefónica.
El evento parte de la premisa de que los Millennials, es decir, aquellos nacidos después de 1980 y hasta 1998 son la generación llamada a asumir el liderazgo del mundo y por tanto la generación deseada por las empresas, por sus posibilidades de consumo. Mientras que los Baby boomers, nacidos entre 1946 y 1964, cuando tras la Segunda Guerra Mundial aumentaron las tasas de natalidad, y que durante décadas han mantenido el liderazgo económico y social, van dando paso a las generaciones más jóvenes.
Pero más allá del rango de edad, ¿qué se entiende por Millenial? Para Florence Broderick, strategic marketing manager en la unidad de Big Data de Telefónica, el espíritu Millennial se caracteriza por el deseo de viajar, por estar conectados permanentemente, por la vocación de emprendimiento, por estar obsesionados por la flexibilidad y el cambio, “pero especialmente por ser híper-impacientes”.
Bastian Manintvel, presidente ejecutivo de 2btube, hijo de Baby boomers holandeses “para quienes lo más importante era reconstruir el país y el mundo después de la segunda guerra mundial y cuyo principio básico era trabajar”; reconoce que gracias al trabajo de sus padres ha tenido muchas posibilidades de elegir y en su opinión los Millennials viven ciertas paradojas como que tienen más opciones, más acceso a la información, pero menos trabajo, menos posibilidades económicas y ciertas limitaciones en cuanto a seguridad, por el terrorismo. “Yo les veo inquietos, pero con falta de reconocimiento, porque pese a tener miles de amigos y seguidores en las redes sociales, no entienden cómo no pueden conseguir un trabajo, cómo no pueden avanzar en su vida laboral”.
A su vez, Ángel Fernández Recuero, cofundador de Jot Down Magazine fue crítico con la definición habitual sobre esta generación pues en su opinión el concepto Millennial está más relacionado con el uso de la tecnología, con la experiencia digital, con la inquietud por conocer cosas, que por el momento en que se nace, “no creo que tenga que ver con un tema generacional, sino con cuándo te ha llegado la oportunidad o la necesidad de utilizar la tecnología”.

Por su parte, José María Álvarez Monzoncillo, catedrático de Comunicación Audiovisual en la Universidad Rey Juan Carlos y coordinador del Informe Millennials, afirmó que no se puede diferenciar a dos generaciones por un año de nacimiento y que las generaciones no son homogéneas, sino que hay brechas culturales, educativas, sociales, económicas, de género y también digitales que marcan las diferencias. “Unos nacen con la televisión, otros con internet, hay muchas similitudes por ejemplo entre los Baby boomers y los hippies, y entre los Millennials e internet, mientras que con relación a la propiedad privada e intelectual hay muchas diferencias. Cada generación tiene una iconografía, unos símbolos, unos ídolos, una forma de vestir; los Millennials, por ejemplo, han roto con los mitos del pop, es una cultura remix que le da vuelta a todo”.
Quienes investigan acerca de la generación Millennial señalan que entre sus características distintivas están la inmediatez, el deseo de consumo y gratificación instantánea y por tanto la impaciencia. Este aspecto, según Broderick, incide para que ésta sea “una generación bastante deprimida porque después de estudiar una carrera universitaria, creyendo que vamos a tener un trabajo buenísimo, vamos a comprar una casa, etc., llegamos y vemos que no es posible comprar una casa con 30 años como hicieron nuestros padres, y estamos muy lejos de esos logros”. Frente a este panorama, Broderick considera que los Millennials se inclinan hacia las experiencias, hacia la cultura “Wanderlust”, aquella caracterizada por el deseo, la pasión por viajar, explorar el mundo, tener nuevos aprendizajes, conocer nuevas culturas, estilos de vida y comportamientos.
Por eso, la strategic marketing manager en la unidad de Big Data de Telefónica, señala que las empresas/organizaciones tienen el reto de enseñar a los Millennials a desarrollar la paciencia y “una de las maneras puede ser a través de las rotaciones, porque los Millennials queremos hacer y aprender de todo, por eso es muy difícil que seamos especialistas”
A su vez, el catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos considera que vivimos en una sociedad mucho más acelerada, más rápida, donde tendemos a quererlo todo inmediatamente, donde todo hay que hacerlo muy rápido, donde hay que consumir muy rápido y la tecnología incide en esa inmediatez. “Los Millennials son una generación más inquieta, se tiende a creer que como Millennial eres hiperactivo o autista, posiblemente en las generaciones anteriores también teníamos estas enfermedades, pero no había diagnóstico”.
Fernández Recuero, sin embargo, considera que la generación de los Baby boomers presenta mayores índices de depresión que los jóvenes actuales y, en su opinión, la inmediatez es una cuestión de recursos, pues a lo largo de la historia los privilegiados, aquellos que han tenido todos los medios necesarios han podido acceder con inmediatez a sus deseos, “lo que pasa es que ahora tenemos acceso a muchas cosas gracias a la tecnología”. Para el cofundador de Jot Down Magazine los Millennials viven el efecto Peter Pan, porque no han pasado por los roles vividos por los Baby boomers, que tuvieron hijos y responsabilidades más tempano, y por tanto sus posibilidades de ocio y de vivir la cultura son otras.
Para Manintvel, quien dirige una compañía de gestión de contenidos digitales, los jóvenes de hoy trabajan igual que las generaciones anteriores, “son muy emprendedores y saben crear algo de la nada”. Este empresario cree además que la principal característica del público Millennial de contenidos digitales es la lealtad, “son seguidores muy fieles a esos contenidos, pero en el momento en que se aburren se van”.
Florence Broderick señaló también que los tres factores claves para el talento joven dentro del ámbito corporativo son: La experiencia internacional, que implica la posibilidad de viajar con el trabajo o de trabajar en equipos o entornos internacionales. El Liderazgo no vertical, con la consiguiente cultura empresarial moderna y flexible, y finalmente, contar con unos beneficios acordes a sus intereses.
Entre la generación Millennial tiene mucho auge la “economía colaborativa”, basada en la cooperación, la participación, el intercambio y la ayuda mutua para generar bienes o servicios, sin que necesariamente prime el beneficio económico.
En este contexto se enmarca el Contenido Generado por el Usuario (User Generated Content-UGC) y publicado en internet, especialmente en redes sociales y plataformas como YouTube, lo que implica una democratización en el acceso a la producción digital y en el acceso al mercado por vías menos convencionales. Pero este tipo de economía también enfrenta dificultades cuando aparecen empresas interesadas en monetizar esos contenidos producidos gratuitamente, pues los creadores corren el riesgo de terminar trabajando, sin ninguna remuneración para alguien que sí busca un beneficio económico.
Álvarez Monzoncillo, investigador de la generación Millennial, señaló además que es importante tener en cuenta que el mundo de la tecnología también está lleno de grandes intereses, de multinacionales y casi que, de monopolios, y advirtió sobre el riesgo de caer en la cíber-utopía. “Sí, hay más capacidad de empoderamiento, de organizar la protesta social con el uso de las tecnologías, porque el smartphone es un arma poderosa, pero también hay que pensar qué habría hecho Martin Luther King con un smartphone o cómo habría caído La Bastilla si hubiese habido redes sociales”.
El catedrático de Comunicación Audiovisual aseguró además que los Millennials están llamados a cambiar en mundo en tanto son jóvenes y deberán tomar el timón de la ruta, pero que la verdadera cuestión es si se puede hablar de tercera o cuarta revolución industrial “y los Millennials van a estar ahí porque son la gente joven y ser joven es un valor, pero también es un problema”.
Fernández Recuero, sin embargo, fue más crítico al señalar que quienes están haciendo los cambios no son los Millennials, quienes, en su opinión, “a veces acaban por defender una causa que no conocen, debido a la falta de reflexión, entonces tienen que venir Bauman o Chomsky a explicar lo que está pasando”.
Datos, privacidad y responsabilidad
En el debate hubo un claro consenso en torno a que la cantidad, el volumen de datos y de información disponibles actualmente no lleva forzosamente a estar mejor informado y que el acceso a las tecnologías digitales implica cierta pérdida de intimidad o incluso exposición, debido a los datos que se dejan en el camino.
“La era de la abundancia de la información también tiene problemas y por eso no hay que generalizar, en España también tenemos Millennials ninis y el uso que hacen de la red es distinto que el de aquellos que la pueden utilizar para formarse, mejorar, competir…internet bajo la apariencia de que está todo, tiene usos completamente distintos”, indicó Álvarez Monzoncillo.
Frente a la polémica entono a la privacidad, a la huella digital que dejan nuestras conexiones, nuestros datos, para que las empresas o el Estado nos conozcan mejor, Ángel Fernández afirmó que paralelo a la híper-información se debe desarrollar la habilidad de la discriminación. “El que quiera informarse mejor deberá aprender a filtrar, analizar y acercarse a los sitios que le ofrezcan mejor información, pero hay un problema de cognición y es que los seres humanos tienen a rodearse de cosas que les son cómodas y que les dan razón en lo que ya se piensa, por eso aquí los profesores, los maestros, tienen un papel que jugar guiando para que la gente use la híper-información en su beneficio”.
Así mismo, el cofundador de Jot Down Magazine fue enfático al afirmar que “evidentemente yo prefiero vivir en esta sociedad donde mis datos pueden ser encontrados, a vivir hace 35 años en una sociedad donde no había libertades” y desde su punto de vista esto implica asumir la responsabilidad como usuario, superar la comodidad o el hedonismo y el hecho de pensar que es el Estado quien tiene que protegernos en todo momento.
Finalmente, en un mundo global y conectado permanentemente, donde crece el consumo de información a través de las redes sociales, donde el auge del emprendimiento es la respuesta a la escasez de oportunidades en el mundo corporativo; donde en ocasiones el talento se impone a los estudios formales; donde muchos se sienten frustrados o impotentes ante una clase política que no los representa o ante el avance del cambio climático, el mundo Millennial vive un punto de inflexión, aún con muchas más preguntas que respuestas.